David Russell: tocar guitarra y volar, pies en tierra
POR BENJAMÍN MUÑIZ | 5 DE FEBRERO DE 2014 |
“Yo no toco para mí, toco para la gente que viene a escuchar.” – David Russell
Escuchar a Juan Sorroche, guitarrista, compositor y profesor de la UPR, cuando habla de David Russell supone mucho más que oír una lista de las proezas técnicas e interpretativas del genial guitarrista escocés criado en España. Sorroche habla de Russell desde la admiración y el respeto más profundos. Sus comentarios parecen poemas de amor, a la usanza de los místicos. “La música de Russell, como toda música verdadera, sale del corazón. Lleven a sus hijos. La experiencia de escucharle será inolvidable y nos cambiará la vida.”, asegura el maestro puertorriqueño.
Mientras preparo un programa radial con música de Russell me percato de que lo escucho de otra manera. Busco ese artista con poder de comunicarse de corazón a corazón y lo encuentro. Quiero (necesito) compartirlo. Tuve el placer de entrevistarlo vía telefónica y constato su inteligencia, su calidez, la sabiduría de sus palabras. La transcripción me permitió repasar sutilezas, su proceso reflexivo y comunicativo, su generosidad. Le creo cuando insiste en que no toca la guitarra para él, sino para quienes le escuchan. Tiene el don de volar y hacernos volar mientras los pies recorren la tierra con firmeza. Me preparo para el concierto en San Juan el 7 de febrero desde el respeto y el amor, como Juan Sorroche lo hace.
Comparto algunos comentarios de David Russell sobre sus experiencias en los ámbitos de la guitarra clásica.
Repertorio de las grabaciones
“Tuve la suerte de poder grabar muchos discos seguidos, básicamente una grabación cada año. Lo que me gusta hacer es que cada disco tenga un solo estilo, que no sea una mezcla de música barroca con música moderna, por ejemplo. Yo cuando escucho un CD prefiero ponerlo y tener una hora de música más o menos homogénea. Decidí hacer la mayoría de los discos de un solo compositor o de 2 o 3. Esta es una de las diferencias entre las grabaciones y los conciertos.
Luego, al tener que grabar mientras compaginaba las presentaciones, lo que tengo grabado lo toqué en concierto y lo que solía hacer era llevar de gira por algunos meses las piezas que tenía para grabar. Concentrarse en un compositor o en un estilo me permitía desarrollar más confianza en la interpretación. Uno se puede equivocar pero lo importante es equivocarse con confianza.”
Repertorio de los conciertos. Recital en San Juan el 7 de febrero
“En los conciertos uno tiene que presentar algo coherente para que el público pueda disfrutar la gran variedad de nuestro repertorio, para abrir el abanico a los distintos grupos, porque el público es diverso, no es como quien decide comprar el disco porque es música barroca o de Albéniz.
Empiezo con Giuliani y una Rossiniana que he usado este año. Una mezcla entre el virtuosismo y una musicalidad muy clásica, de la época de Rossini. Luego paso a dos Sonatas de Scarlatti escritas en España: una saeta y un fandango. Después viene Granados y sus Valses poéticos. Son casi como una suite. Le sigue una pieza que me escribió Sorroche, Jubilosa plenitud, y tengo muchas ganas de tocarla. Después toco algo de Bach y terminaré con Albéniz.“
Sobre la Clase magistral que ofrecerá el 8 de febrero en el Conservatorio de Música de Puerto Rico
“No tengo alumnos, porque me paso viajando y no sería justo tener a un estudiante esperando mucho tiempo por sus lecciones. El año pasado mi esposa y yo estuvimos 9 meses fuera de casa. Es un placer ofrecer la clase magistral, en la cual los estudiantes tienen mucha energía, yo la disfruto mucho y siempre aprendo algo nuevo. Oigo repertorio nuevo y maneras de tocar distintas.”
Le pregunto si coincide con Juan Sorroche y el principio de que la música, como creación artística, debe salir del corazón
“Es que tiene que ser, cada uno tendrá su personalidad, sus experiencias de vida, todo afecta la manera de interpretar las obras, de compartirlas con tu público. Mi esposa y yo intentamos ser generosos en nuestras vidas y, quieras o no, yo espero que eso entre en mi interpretación. Yo no toco para mí, toco para la gente que viene a escuchar, para que podamos compartir el entusiasmo que siento yo por estas obras. Si las cosas van bien ellos van a sentir mi cariño por las obras y mi deseo de que ellos puedan vivir lo que existe dentro de una suite de Bach o una obra de Giuliani. Si hay que tener buenos dedos, buena técnica, pero son herramientas para crear la obra de arte que es momento de compartir la música con otra gente.”
Reconocimiento como “hijo adoptivo” y los amigos de la infancia
“Crecí en Menorca en un pequeño pueblo que me adoptó como hijo predilecto. Esos amigos de la infancia son especiales, porque son como mi familia. No saben mucho de mi música y no importa. Los llamo con frecuencia. En Galicia, donde vivo actualmente, me han reconocido más como músico, como personaje público. Recibo estos homenajes con cariño y gratitud.”
Sobre la guitarra en el ámbito de la música clásica y en otros
“Nuestro instrumento no está tan identificado por los que son puramente amantes de la música clásica pues nuestro público abarca desde los que les gusta el jazz, el folk, la guitarra en sí, a los amantes de toda la música, abarcamos un público más amplio. Creo que es una virtud de la guitarra, frente a los amantes de la opera, por ejemplo. Cada gremio tiene que buscar nuestro público y ofrecerles lo que mantenga nuestra popularidad.
Cada instrumento atrae diferentes tipos de música. Nuestra guitarra es un instrumento de poco volumen, no está creado para miles de personas, aunque con buena amplificación se puede. En general se llega a disfrutar de la música culta con el tiempo. A veces desde la juventud, pero no siempre. Hago la analogía de la bebida. De joven, todo va amargo, no nos gusta, pero hay que beber la cerveza porque si no, no eres nadie, entonces empiezas con la cervecita. Luego empiezas con el vino y compras un vino barato pero luego quieres uno un poco más elaborado. Y así hacia delante. Con la literatura ocurre lo mismo, desde la lectura de los comics hasta que entiendes Shakespeare.
Hay algo de la música clásica que necesita algo de estos pasos, y esto no es para menospreciar los pasos, son diferentes etapas y son valiosas. Yo encuentro que la música rock, etc., tiene su valor porque hay unos tipos que son unos genios, tienen unos talentos bestiales, tantos instrumentales, como con el sonido, la imaginación y la puesta en escena, que los clásicos solemos ser un fracaso en ella, en comparación. El show mismo que consiguen es espectacular. Yo valoro cada grupo, cada manera de tocar la música.”
Los músicos clásicos y las nuevas tecnologías. La importancia de la música en vivo
“Los clásicos solemos ser los últimos en cambiar. Ahora seguimos haciendo CDs cuando se está pasando a la música virtual. Para las siguientes generaciones las cosas van a ser muy diferentes. Con cada cambio de soporte se abren más oportunidades para las nuevas estrellas. Ahora los artistas pueden vender sus discos desde sus propias páginas. Respecto a las estrellas internacionales, ellos hacen giras para vender discos y nosotros grabamos discos para hacer conciertos. Para nosotros y las próximas generaciones, casi toda la experiencia se dará en la música en vivo. Hay que darle valor a la música en vivo.
La música me ha dado la posibilidad de visitar muchísimos sitios y conocer muchísima gente y crea una hermandad, lo cual veo con mucha alegría. Las distancias se han acortado mucho pero la música sigue siendo la misma, sea de Bach o de Barrios. Esperemos que siga viva por cientos de años más.”
Ricardo Darín: otro artista habla sobre el aprendizaje
Para terminar, comparto una entrevista del actor argentino Ricardo Darín sobre el aprendizaje y la cultura, que me permitió establecer otras coordenadas en la conversación con David Russell. Darín habla sobre el gozo del aprendizaje. “Toda vez que los seres humanos sentimos que estamos aprendiendo algo, que nos estamos acercando a un conocimiento, es uno de los placeres máximos. Por eso es que defiendo tanto el tema de la educación, porque es lo único que nos puede elevar un poco. El conocimiento, la educación, la cultura, atentan contra la soberbia, contra el yo tengo razón y tú no, te das cuenta de que hay más cosas más relativas de lo que uno cree.”
La experiencia de escuchar a Russell desde la guitarra y desde la palabra ha sido la del aprendizaje gozoso. Ha generado esa pasión que Sorroche ha compartido al insistir en que no perdamos la oportunidad de escuchar en vivo a uno de los grandes guitarristas y músicos de nuestros tiempos. La música es uno de los lenguajes predilectos del amor.
Me despido de David Russell y sigo preparándome para el concierto. Si lo vivo como un momento en que se unen y alimentan sus pasiones con las de mi amigo Juan Sorroche, las mías y las de todas las personas presentes, intuyo que será un encuentro inolvidable y transformador. Ya ha comenzado. En estos días, siempre, nada más elocuente que un abrazo colectivo para traer a la memoria el gozo y el poder de las artes. Es un regalo que nos hacemos y compartimos como humanos, que nadie nos puede quitar.